2 sept 2008

La más grande manifestación de amor.

—Heme aquí que he presenciado la más grande manifestación de amor. Estaba yo auxiliando a mi esposa, a quien el médico recomendó cuidado, a cubrirse y a tomar su medicina cuando le da tal exceso de locura que, diciendo que no va a tomar los medicamentos por ser el doctor un viejo enemigo de su familia, da de patadas a la cama y derrama un poco de la panacea. Avisado ya, por el doctor, de la posibilidad de esta reacción me dispuse a darle de bofetadas hasta que la nariz quedóle en tres uniformes pedazos. De esta manera, y sin titubeos, mi amada tomó su medicina a la que ahora le debe su mejoría. Yo por mi parte me permito la vanidad de escribir esta anécdota para que quienes la lean reconozcan, como ya lo han hecho Licanor, Eleuterio y Alfonso, que esta muestra de amor incondicional por la persona amada, que sobrepasa cualquier límite, de ningún modo podrá ser igualada.


03. V.08