9 jul 2010

Verónica no existe

A mí también me pasó. Mi impertinente curiosidad me llevó a buscar a esa mujer que, según dicen, va por las calles con un libro negro entre las manos.

“Se llama Verónica”,  le dije a un hombre que sentado en un bar mezclaba su licor con el dedo. “Muchacho”, respondió ensimismado en la bebida, “Verónica no existe”

Sin embargo, aquí estamos ahora, sentados a la misma mesa.

“Te estuve buscando toda la noche, ¿sabes?”, le dije. Ella no respondió. Tenía el libro abierto e intentaba escribir alguna cosa. “Dicen que has matado a muchos hombres”, volví a decir. Cerró el libro, me miró a los ojos y pude comprobar que su mirada contenía otros ojos y entre estos, otros más. Era como si ella misma quisiese mostrarme lo peligrosa que era. Como si sus ojos fueran la prueba de sus crimines.

“Sé quien eres”, dijo, “y sé que te irás ahora mismo”. Consternado bajé la mirada y observé el libro. “¿Lo quieres?”, preguntó. Y mis labios dijeron: Sí

Entonces me pasó. Me vi a mi mismo, por alguna imprecisa razón, tendido en una cama, agotado, vacio Mi cuerpo inerte empezaba a heder.

3 comentarios:

Diego dijo...

Hola ¿Qué tal? Mi nombre es Diego Tuesta, soy de Perú y tengo 18 años de edad. Actualmente estudio Ciencias de la Comunicación en la universidad Santo Toribio de Mogrovejo. Para mi trabajo final estoy investigando la imagen del Perú en el exterior, para esto, estoy colectando diferentes opiniones de personas (conocidas) de diferentes países que respondan un cuestionario de 10 preguntas sobre el tema de mi trabajo. He estado leyendo su página y tiene muchos temas importantes, estoy buscando personas con diferentes intereses (música, educación, política, turismo, etc). Su opinión serviría de mucha ayuda para saber la imagen internacional de mi país. Muchas gracias. Me gustaría que me brindara algún correo en donde enviarle el cuestionario.
Este es mi correo: diegoandre_074@hotmail.com

rldcz dijo...

te gustan los cuentos cortos? te recomiendo www.cuentosemanal.wordpress.com

Leonardo dijo...

No sé que tan conveniente sea pero, en mí cabeza surge una serie que trataba con shinigamis y a la larga, creo que también encuentro en este texto el efecto de los haiku, al leer se van despertando una serie de imágenes cobijadas siempre por "puntos suspensivos" de los españoles, de los españoles...