15 nov 2010

La humanidad de Metrolínea

La ciencia que la humanidad tiene en un momento dado depende de lo que es la humanidad en ese momento.
Georg Simmel

Cuán ciertas y sabias las palabras de Don Félix Rueda cuando decía que los bumangueses eran unos perezosos y que no les costaba nada caminar un poco o aguantar algunos minutos de pies. ¿Por qué no? El servicio de Metrolínea nos ha hecho más humanos: Mujeres llevando a niños de 10 años en los brazos para poder sentarse, viejos cediéndose el puesto entre sí para demostrar su juventud, hombres sosteniéndose sin agarrarse a ningún tubo, horas penosas de espera en las estaciones, miradas de angustia al ver que ya no cabe nadie y que sigue entrando gente, empujones y roces innecesarios son sucesos usuales a la hora de abordarlo.

Ya no hay pena al empujar a una anciana para salir o entrar al bus; si te haces el dormido (o si duermes) te despiertan y con amargura en el rostro te piden que te levantes. ¡Humanidad! En dos viajes, estoy seguro, entenderíamos más al ser humano que con un año de psicología. Basta observar los rostros de la gente, observar su comportamiento, el disgusto, la franqueza, la irritación, la generosidad. Recuerdo haber visto a una joven frente a la espalda de un viejo que, con su nariz, pretendía soportar su peso cuando el bus daba una abrupta curva; y dos ancianos peleando por quedarse de pies, ya que consideraban entre sí que el otro era más anciano.

Sin embargo, no sólo dentro se ven estas cosas. Miras a través de la ventana y ves a viejos, jóvenes y niños caminando desde la estación hasta sus casas. Es una procesión que no sabemos dónde termina. Bajamos las mirada y nos damos cuenta de que nos debemos bajar, estamos lejos de las puerta (y eso que hay dos) ¿Cómo pasar la muralla de gente? Sencillo afilamos nuestros codos y abandonamos el automóvil. Triunfamos, ahora nos sentimos más “humanos”; y es verdad.

7 comentarios:

Mario dijo...

Imagino cuando el metrolinea llegue a Girón y nos haga más humanos...

Santiago dijo...

No hay que olvidar a las "amables" personas que esperan en algunas estaciones a que los pasajeros de los buses se bajen para ayudarles a cargar sus celulares y billeteras.

Taburete dijo...

Claro que sí Santiago, tienes razón

Martha Patricia Menjura Torres dijo...

Metrolínea es lo peor que nos ha sucedido. Un señor me dijo el otro día: "No podemos quedarnos en la edad de las cavernas. Esto es el futuro".
El futuro da asco señores.
Protestemos.

Martha Patricia Menjura Torres dijo...

Ojalá algún día nos toque una silla maldita donde reposar nuestra codeada humanidad.

pachevsko dijo...

Si este es el futuro prefiero que me llamen retrograda. Extraño las carretas tiradas a caballo.

Lord Walker dijo...

Mucho muy ciero.