21 abr 2011

He Died with a Felafel in His Hand

Últimamente me he encontrado con dos o tres películas en las que el actor principal es un escritor fracasado o un pseudo-escritor. Esa brecha entre querer ser y no poder. (¿Casualidad?)

Esta es una de ellas. He Died with a Felafel in His Hand es impactante, original y divertida. Todo a su modo. Es fascinante como la ficción nos hace recordar y olvidar al mismo tiempo.
Teniendo en cuenta la cantidad de temas que podría tratar en este espacio acerca de la cinta prefiero hablar un poco sobre Danny (Noah Taylor).
Se autodenomina escritor, pero no puede escribir. Vive con personajes bastante particulares y surreales, asegura que no puede sentir y su rostro muestra una tranquilidad agobiadora.

Este es Danny un escritor que no escribe. ¿Cuáles pueden ser las razones? Dice tener el mismo modelo que máquina de escribir que Hemingway y aunque le falta el papel de teletipo que “no le impone barreras físicas a su escritura” no le sobran ideas y temas para hacerlo.
Su vida es más interesante que la ficción. Lo distrae de su meta: escribir.
Cuando intenta hacerlo siempre se repite la misma escena: mira la máquina atentamente, maldice y la golpea con la cabeza. Sólo atina a copiar las palabras de un cartel:

Esta imposibilidad para escribir, en un medio que le ofrece temas variados, interesantes y fantásticos, lo lleva a la desesperación. Su vida lo inunda todo, su vida es la ficción que busca.
Al final debe tomar una decisión. Vivir o escribir. Seguir intentándolo infructuosamente o sucumbir a la responsabilidad que implica la existencia misma. Comprometerse, amar, ser amado, sufrir. Esa es la decisión que Danny toma al tirar su máquina de escribir al rio.

Difícil decisión. ¿Cual tomarías?

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