30 dic 2012

Aprender a morir (Séneca)

Quien aprendió a morir se olvidó de ser esclavo; se sitúa por encima, o al menos, fuera de toda sujeción. ¿Qué le importan la cárcel, la guardia, los cerrojos? tiene abierta la puerta. Una sola es la cadena que nos mantiene sujetos: el amor a la vida. Este sentimiento, aunque no lo debemos rechazar, hay que reducirlo de tal manera que, si alguna vez las cicunstancias lo exigieren, nada nos detenga ni nos impida que estemos preparados a realizar al instante lo que algún día es preciso que realicemos.

Séneca - Epistolas Morales a Lucilio

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